De acuerdo con las estadísticas del departamento de Trabajo Social de la Alcaldía de Panamá, en 2022 se ha realizado atención a 411 personas que están en situación de calle. El 86% de estos casos, (354), son hombres.
El proceso de los operativos implica en primer lugar la captación de las personas afectadas, esta es la parte más visible de los operativos. Luego las personas sintecho entran en una fase de aseo y vestido, en una etapa que se denomina atención. Una vez culminado ese proceso, las personas captadas van a la fase llamada evaluación que incluye un análisis médico, emocional, mental, social y familiar. Una vez se cumplen todas estas fases: quienes acepten son enviados a un centro de rehabilitación.
Las personas sintecho en esta condición, que acceden a emprender programas para rehabilitarse, son recibidos en la Fundación Nueva Vida y el Ministerio Paraíso Celestial, ambos son refugios privados que han acordado recibir a los pacientes que llegan a través de la Alcaldía.
Los corregimientos donde se ha detectado mayor incidencia son Calidonia, Bella Vista, Curundú y El Chorrillo. En la mayoría de los casos, el fenómeno de las personas sintecho en nuestra ciudad, obedece a un cuadro de adicción profunda que han llevado a estas personas a alejarse de su familia y luego a aislarse de la sociedad. Un ciclo que los sumerge más en la adicción y termina por disociarlos de la realidad. El tratamiento de estos casos se concentra en terapias de rehabilitación, pero requiere del compromiso en la voluntad de cada persona.
También, aunque en el menor de los casos, viviendo en las calles se encuentran personas con enfermedades mentales, el tratamiento ahí se hace más complejo. Las acciones deben ser específicas de acuerdo con la enfermedad mental del paciente. Avances en la práctica de salud mental han determinado que la mejor forma de atender a pacientes como estos es con la participación de familiares, por lo que el abordaje de estos casos debe considerar esas posibilidades y el respeto a convenios internacionales sobre derechos humanos de las personas con problemas de salud mental e igualmente, personas afectadas por la adicción a algunas sustancias (drogas y alcohol).
Estos acuerdos advierten que, según la Ley, las personas no pueden ser retenidos en contra de su voluntad, de manera que la voluntad para recuperarse de cada una de estas personas sea una pieza clave en la atención de este fenómeno en nuestra ciudad.