Fue un domingo lleno de emociones. El Parque Municipal Summit abrió sus puertas a miles de visitantes que llegaron a ese templo de la biodiversidad, desde las primeras horas de la mañana, para disfrutar de un día para resaltar al anfitrión del día, ‘Panamá’, el ejemplar de águila harpía que reside en el parque desde hace 10 años.
En medio del típico calor de abril, el público empezó a llegar al Parque Summit, que les esperaba, preparado para mostrar su esplendor y vistosos residentes. “Es una feria educativa”, dijo Angie Estrada, directora de Summit al conversar con los medios. “Festiharpía, es un evento que hacemos en conjunto con el Patronato del Águila Harpía, para resaltar la importancia del rol de esta ave en nuestro ecosistema”, añadió.
Estrada además, explicó que el águila harpía es considerada una “especie paraguas, al estar en la parte más alta de la cadena, está relacionada con todo el hábitat”, insistió.
Así transcurría la jornada entre presentaciones artísticas y exposiciones de los participantes de la feria, hasta que a las 2 de la tarde llegó el momento culminante de Festiharpía: El vuelo del águila, cientos de espectadores se reunieron en el recinto de ‘Panamá’, para verla volar.
La hembra de unos 15 años de edad, llegó a Summit en 2013, y según Abdiel Melgarejo, unos de sus principales cuidadores, puede vivir en cautiverio hasta los 50 años. El reloj marcaba más de las 2 de la tarde y en los alrededores del recinto de Panamá, no cabía un alma, el ave se había dejado fotografiar gentilmente durante todo el día, pero llevaba media hora en uno de los punto más altos del recinto. Permanecía adusta, sobria y atenta, escudriñaba con su penetrante mirada al público, sin moverse de su postura vigilante.
“Panamáaa”, llamó uno de sus cuidadores alzando la voz con dulzura, había entrado al recinto con el almuerzo del águila, mientras su compañero, Melgarejo, silbaba provocando la atención del imponente ave. Desde lo alto de su ubicación ‘Panamá’ giró su cabeza, puede hacerlo hasta 260 grados. Con increíble precisión posó los ojos en dirección al llamado de sus cuidadores y se dio la vuelta. Entonces sucedió, en un solo movimiento ‘Panamá’ extendió sus alas, ocupando alrededor de 2 metros de envergadura y se impulsó hacia un travesaño más cercano a sus cuidadores.
El águila planeó majestuosa dejando ver el impecable blanco de sus plumas interiores, combinadas con el negro del exterior de sus alas. El público al unisono dejó escapar una expresión de asombrosa admiración. “Wao”, se escuchó el coro en el recinto, mientras el ave se posó en su nueva ubicación.
“Panamaaaa” volvió a resonar la voz del cuidador, esta vez seguida de un comando imperativo: …”ven”… y el águila de Summit no defraudó a su público; voló esta vez con más aerodinamismo, hasta donde habitualmente recibe su alimento, lo prensó con una de sus garras y empezó a comer en una inolvidable demostración de como viven sus pares en la vida silvestre.
Ya para entonces eran casi las tres de la tarde, y el público seguía disfrutando de un día excepcional en Summit. Según los reportes, al mediodía se habían agotado en la entrada del parque los 5 mil cintillos que se tenían para la jornada.
En la tarima principal, aún transcurría el concurso de disfraces infantiles de águila harpía y presentaciones artísticas, en el resto del parque el público recorría las exposiciones de la feria en una inolvidable jornada junto a nuestro Ave Nacional, el Águila Harpía.