En busca del plástico que “se nos escapa de las manos”
El proyecto “Botellas de Amor” es una estrategia enfocada en reducir los desechos de plástico que llegan al mar tras recorrer las calles de nuestra ciudad. Pero su objetivo no es cualquier plástico, sino todo aquel que los recicladores no quieren, la mayor parte de estos residuos son lo que llaman “plásticos blandos”, como lo describe Jannia Samuels directora de Resiliencia de la Alcaldía de Panamá.
“Es el plástico de los envoltorios, los paquetes de galletas, las pastillas, los snacks, ese que se nos escapa de las manos”, dice la funcionaria municipal, al explicar cómo funciona el proyecto que desarrolla la Alcaldía de Panamá con la fundación Botellas de Amor.
La estrategia se trata de captar ese plástico que no se recicla, el procesamiento para reutilizarlo no tiene rentabilidad, explica Samuels, por eso la idea de llenar las botellas de plástico con los residuos blandos y otros tipos de plásticos, “cepillos de dientes y otros, que no pueden depositarse en los recipientes que están hechos para reunir botellas”, añadió.
Justo esa es la diferencia de este programa con los proyectos anteriores, antes la Alcaldía recogía botellas de plástico y los entregaba a un reciclador, “hasta ahí llegaba nuestro papel”, dice Samuels, al tiempo que destaca que “Botellas de Amor”, es un paso en el siguiente nivel. “Vamos a reciclar esos residuos y convertirlos en mobiliario urbano, para nuestros espacios públicos y parques, queremos reducir hasta 60 toneladas de plástico anuales”.
Sin duda Samuels tiene claro que la raíz del problema está en la gestión para el manejo de desechos de nuestra ciudad, “cada vez que vemos un micro vertedero en una esquina, estamos frente a una munición de desechos que llegan al mar”. De ahí que esta estrategia ataca el asunto de raíz.