Más de 130,000 personas asistieron a disfrutar del desfile ‘Soñemos Panamá, llegó la Navidad’, una actividad dedicada a los amigos y a la familia panameña, especialmente a la niñez que disfrutó del despliegue de fantasía.
Creativos panameños diseñaron los carruajes alegóricos inspirados en motivos, significados, pero sobre todo en la historia de las tradiciones cristianas, que se festejan en la Navidad cuando celebramos el advenimiento del Hijo de Dios.
Estos son los motivos de las creaciones.
El primer carro titulado ‘Expreso Municipal Navideño’ desfiló acompañado por veinte bailarines y la banda sonora del clásico literario y cinematográfico: El Expreso Polar.
Este es un libro infantil escrito por el cuentista e ilustrador, Cris Van Alls-burg llevado cine por Tom Hanks, quien adquirió los derechos de producción.
Trata de un grupo de niños que abordan un transporte mágico que los llevará el lugar donde vive Papá Noel para conocerlo.
La obra considerada un clásico, está catalogada como una de las mejores producciones cinematográficas con tema navideño de todos los tiempos.
El segundo carro, ‘Cuentos panameños’ destacó La Niña Encantada del Salto del Pilón escrito por Sergio González Ruiz, el El Gallo Vicente de la autora, Teresa López de Vallarino y las fábulas del Tío Conejo.
Los 20 bailarines danzaron al ritmo de la canción: Rodolfo, el Reno de la Nariz Roja.
Esta tonada navideña trata de un reno de quien todos sus amigos se burlan por su nariz hasta que Papá Noel lo elige precisamente por su singular brillo para ir al frente de su trineo.
Es un villancico navideño fue inspirado en el poema de 1939 ‘Twas the Night Before Christmas’ o La noche antes de Navidad del escritor Robert L. May.
La primera mención de un trineo tirado por 8 renos aparece en el poema “A Visit From St. Nicholas” publicado anónimamente en 1823 y se le atribuye a Clement Clark Moore, aunque el escritor Henry Livingston, Jr también reclamo la autoría del poema.
El tercer carro, ‘Instrumentos musicales’ fue dedicado a los objetos acompañan el ritmo de nuestro folclore y a un mestizaje enriquecido y adaptado a través de la historia.
Los instrumentos de percusión como el pujador, el repicador, la caja, el tambor o la tambora que tienen su origen en sitios distantes como Gabón, Río Muni y el Camerún en África.
El violín, que se inventó en Italia a finales del siglo XVI y el acordeón procede de Austria, traído a Panamá a mediados del siglo XIX por aventureros del viejo continente por el Istmo rumbo a California.
La Mejoranera, una derivación de la guitarra, surgió en Egipto, se popularizó en España y llegó a Panamá en tiempos de la colonia.
Entre todos estos instrumentos destaca la ‘guaracha’ o ‘churuca’, un aporte netamente panameño.
El cuarto carro, ‘Juegos de Antaño’ evoca momentos que queremos revivir entre nuestros niños para nunca olvidar.
Saltar la cuerda, bailar el trompo, jugar yaks o canicas, buscar un escondite, huir de la pega, jugar la rayuela, correr como la gallina ciega o cantar a la ronda, entre muchos, siguen siendo motivo de diversión.
20 bailarines ataviados con coloridos atuendos acompañaron el carro al ritmo de la música del popular villancico ‘Taller de Santa’, una creación que data de 1933 y se convirtió en un clásico de Disney.
Trata de los duendes o pequeños ayudantes de Papá Noel que trabajan desesperadamente contra el tiempo para no defraudar a los niños que esperan sus juguetes la noche antes de Navidad.
El quinto carro, ‘Dulce Navidad’, fue una fantasía inspirada en el dulce placer de los caramelos, los bastones mentolados colores verde, el rojo y blanco.
Dice la tradición, que un maestro del coro encargó los caramelos para que lograr que los niños de la ciudad se portasen bien en las celebraciones de Navidad.
Para darle un sentido y justificar el capricho, pidió que se hicieran en forma de bastón para que los niños tuvieran presente a Cristo en su papel de Pastor.
Acompañó a este carro el villancico ‘Dulce Navidad’, composición de María Belén Guijarro, Emiliano Muller e Ignacio José Repetto Castillo.
El sexto carro, ‘En espera de Nochebuena’ es una alegoría a la víspera del nacimiento del Hijo de Dios y recoge las tradiciones que se forman en países, regiones e incluso de familias que crean sus propias costumbres.
La familia y los amigos se sientan a una mesa especialmente servida a esperar la medianoche, que según la tradición cristiana es una fecha que simboliza la venida de El Salvador al mundo.
Un elenco de 20 bailarines bailó al ritmo de ‘Dale a la Zambomba’ un villancico que deriva del nombre de un instrumento musical de fricción originario de Andalucía, España con que tradicionalmente acompañan los cánticos de los aguinaldos y coros populares.
El séptimo carro, la ‘Casa de Pastillas’ con una representación central de la cabaña de jengibre es una tradición que surgió en el Alemania por 1812, inspirada en el famoso cuento de hadas de Hansel y Gretel escrito por los hermanos Grimm.
Relata el cuento que dos niños abandonados en el bosque encuentran una casa comestible que utilizaba una bruja para atraer a sus víctimas.
Estas están hechas principalmente de un pan dulce moldeado en forma de casa, decorado con caramelos y techos glaseados.
El pan de jengibre que dio origen a esta tradición era usado para bendecir el hogar, llamar a la suerte y para que los soldados en misión regresaran sanos y salvos a casa.
El octavo carro, ‘Enciende la Luz en Navidad’ fue una alegoría a la bendición: ‘Jesús Luz del Mundo’ que inspira la decoración del árbol con estrellas, guirnaldas, esferas y flores de Pascua.
Por cierto, las Flores de Pascua o ‘poinsettias’, son oriundas de México y fueron bautizadas con el apellido de Joel Roberts Poinsett, primer representante diplomático de Estados Unidos enviado a México tras su independencia en 1821.
Fue San Bonifacio, evangelizador cristiano en Alemania, quien cortó un árbol que era adorado por los paganos y en su lugar sembró un pino que adornó con manzanas y velas; manzanas como recuerdo del pecado original y velas que con el tiempo se cambiaron por luces.
El primer arbolito que se tiene recuerdo fue el de Alemania en la Navidad de 1605 tradición se llegó a Finlandia en 1800, a Inglaterra en 1829 y la familia Real, el Rey Alberto y la Reina Victoria que decoró el suyo en el Castillo de Windsor en 1841.
En España llegó en 1870 y de ahí a nuestra América.
El noveno carro alegórico, ‘Regalos Navideños’ representa la ilusión de la temporada y se inspira en la llegada a Los Magos de Oriente a conocer al Hijo de Dios ante quien se inclinan y ofrendan oro, incienso y mirra.
La costumbre se fortaleció en el siglo IV, cuando el obispo de Turquía, Nicolás de Myra, llevaba caridad a las puertas a las familias más humildes.
Las ‘cestas’, en tanto, son una tradición que se originó con las canastas con comestibles que en la Antigua Roma se distribuían con motivo de la celebración de los Saturnales paganos entre el 17 y el 24 de diciembre.
Al cristianizarse, el contenido se cambió por platillos y postres de recetas familiares, y luego por vinos, quesos, turrones y chocolates.
En cuanto a envolver los regalos, se cree que este detalle procede de China cuyo emperador daba a la corte sus sueldos dentro de delicadas bolsitas, costumbre que tomó Corea y luego Japón.
En el siglo 16 Inglaterra escogió el papel y en el siglo 18 y 19 lo copiaron Estados Unidos y el resto de América.
El décimo carro titulado ‘Los Reyes Magos’ fue dedicado a los sacerdotes eruditos que siguieron una estrella a conocer al Hijo de Dios. Su fecha se celebra el 6 de enero.
Según el evangelio de Mateo, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret llegaron desde el Oriente para rendirle honores trayendo como riquezas, oro, incienso y mirra.
Melchor, Gaspar y Baltasar aparecen por primera vez en el conocido mosaico de San Apolinar el Nuevo que data del Siglo IV después de Cristo.
En el Siglo XV d. C., que el rey Baltasar fue representado como un hombre de tez negra oriundo de África, Melchor a los europeos y Garpar a Asia y en el siglo XIX en España se inició la tradición de convertir la noche de Reyes en una fiesta.
El décimo primer carro alegórico fue una representación del glorioso momento: ‘El Nacimiento de Jesús’ al estilo panameño, a la sombra de una casa de adobe con techo de tejas, clásico de un pueblo interiorano y símbolos de la cultura local.
Los nacimientos surgieron hace más de 800 años cuando San Francisco de Asís se inspiró recorriendo pequeñas poblaciones en su Italia natal para difundir el cristianismo.
En Rieti fue sorprendido por el frío invierno y se refugió en la iglesia de Greccio donde vio el retrato del Niño Jesús.
Con la ayuda de clérigos y feligreses construyó la réplica de una granja y un pesebre donde los parroquianos representaron la escena viviente de la Sagrada Familia junto a pastores y sus animales.
Se cree que la primera representación fue hecha de barro y se presentó en Nápoles a finales del Siglo XV.
Fue el Rey Carlos III quien solictó que la costumbre se extendiera en sus dominios.
De España vino a América fue parte de la evangelización que en muchos países incorporó parte de su cultura y tradición.
El décimo segundo carro con el tema ‘Santa en Panamá’ tuvo como escenario los lugares más emblemáticos de Panamá.
Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás de Bari o San Nicolás de Mira fue un obispo del Siglo IV nacido en Patara Turquía quien heredó una gran fortuna que compartió con los pobres a quienes visitaba, en especial en vísperas de la Natividad para llevarles ayuda aún los crudos inviernos.
Más de 2,000 mil templos llevan su nombre en el mundo.
El villancico que acompañó este carro, ‘Santa está llegando a la ciudad’ o ‘Santa is coming to town’, fue escrito por John Frederick Coots y Haven Gillespie.
Este tema ha sido interpretado por los más grandes de la música de todos los tiempos, entre ellos: Ella Fitzgeral, The Beach Boys, The Pointer Sisters, The Jackson 5, Mariah Carey, Dolly Parton, Michael Bublé y Justin Beaver, entre muchos otros.
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