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Publicado en: agosto 9, 2023

El santo que llegó del mar a darle el nombre San Francisco de la Caleta

Fue en playa Trujillo, en la empedrada caleta, misma costa donde una vez se asentó Panamá La Vieja, que unos pescadores encontraron la imagen de un santo que había sido cargado por las olas a la orilla.

Era San Francisco, aseguraron los misioneros Carmelitas que acudían a dar el servicio dominical al caserío.

Antes de la llegada de los españoles, esta espléndida costa era habitada por aborígenes Cuevas y Coclé que habían desarrollado la pesca y en especial la agricultura.

Impresionantes arquitectos, construyeron intrincados sistemas de riego para favorecer un eficiente cultivo que llegaron a comerciar con tribus de Centro y Suramérica; tabaco, algodón y sal.

Maestros en la artesanía, elaboraron complejas piezas de cerámica, adobe y piedra que esperan impacientes volver a lucirse en las vitrinas del Museo Reina Torres de Araúz.

De amos a esclavos

Pero en 1519, la llegada de los conquistadores marcó el fin de sus vidas en libertad y dio inicio a una era de la explotación del rico suelo, que alcanzó a los nativos quienes pasaron de ser dueños de la tierra a esclavos.

Esa prosperidad interesó a comerciantes y aventureros españoles que trajeron consigo sus propios objetivos: familias, casas, trasiego y un gobierno en el que la Corona Española instaló a Pedro Arias de Ávila.

El asalto, saqueo y consecuente quema de la antigua ciudad por el pirata inglés Henry Morgan en 1671, provocó años después la movilización del enclave y su gente hacia la seguridad del Sitio Ancón, hoy San Felipe.

El poder independentista

Luego de la independencia ístmica del Imperio Hispano en 1821, inspirada en la proximidad del mar, el área reanudó su crecimiento con la construcción de más viviendas y negocios.

Hacia el nuevo siglo, los habitantes de San Francisco se convirtieron en una importante fuerza en las decisiones que concluyeron con la separación de la Gran Colombia en 1903.

De los cuarteles ahí establecidos emergió el respaldo a los conspiradores que motivados por el pensamiento de Manuel Amador Guerrero y apoyados en intereses estadounidenses, declararon la independencia.

¡Había nacido la República de Panamá!

Tres veces presidente

Fue el presidente Belisario Porras quien en los albores de 1920 dispuso del traslado del vecindario, en su mayoría jornaleros y pescadores asentados en playa Prieta, playa El Trujillo y Panamá La Vieja, a una parte de la finca El Coco de unas 12 hectáreas, propiedad de Miguel Ángel Paredes Remón.

¿La razón?  Dar paso a la construcción de la Avenida Balboa, situar un parque con una estatua en memoria del descubridor del Mar del Sur, y edificar el Hospital Santo Tomás, el gran ‘Elefante Blanco’.

Ahí, justo donde se encuentra el parquecito de la Iglesia San Francisco de Asís de la Caleta, el 8 de julio de 1923, el presidente Porras, mediante acta emitida por el Notario, Samuel Boyd, dio por fundada la comunidad de San Francisco de la Caleta.

El 9 de agosto de 1926 mediante acuerdo N°22 de la Alcaldía Municipal del Distrito de Panamá, se declaró corregimiento y se establecieron sus límites geográficos.

En 1929, la Nación compró a la familia Bermúdez-Alemán 35 hectáreas para la construcción de un aeropuerto interno por B/.70,000.

En 1933, el Estado adquirió a los herederos de Julia Hortensia Bermúdez de Alemán 7 hectáreas por B/.10,387 para el ensanche del corregimiento.

Correspondió al agrimensor Rafael Vásquez Tinoco la elaboración y división del plano con 74 parcelas.

Los amplios lotes de 1,000 metros cuadrados fueron sorteados entre los interesados, con fines sociales primordialmente.

Memorias de San Francisco

Germinal Sarasqueta Oller, autor del libro ‘100 Años de San Francisco de la Caleta’, rememora con gracia las vivencias de infancia y juventud, cuando tenían a sus pies el mar y la playa de arena blanca, con pocos vestigios de contaminación.

Relata cómo en improvisadas balsas construidas con material doméstico, los más audaces navegaban hasta que el embate del mar descuadraba sus frágiles navíos obligándolos a nadar de regreso entre la lama.

“En la noche, ya en casa muy cansados, el azote era inevitable”, dice casi con nostalgia.

Corregimiento de contrastes

San Francisco de la Caleta es corregimiento que lo une todo.

Los rascacielos contrastan con unidades residenciales, incluso de madera, y otras más coloniales, con techo de teja, aún en propiedad de familias que se resisten con valor a los embates de la modernidad.

Pequeñas embarcaciones de pesqueros artesanales en Boca La Caja siguen desafiando la presencia del tramo marino del Corredor Sur.

Cerca de ahí, diversas formas de vida que habitan los manglares luchan por existir en un espacio amenazado por la presencia humana.

Un sector financiero, comercial y de servicios de la ciudad de Panamá que identifica por un auge inmobiliario concentrado en Paitilla y Punta Pacífica que destacan por sus abundantes y lujosas torres.

La plaza de toros La Macarena, pocos teatros, muchas cantinas, bares y boites han cedido su emplazamiento a cientos de negocios en las áreas más codiciadas de la capital.

A cien años cumplidos de su fundación y 97 de ser un corregimiento su gente recuerda el vecindario de antaño.

Cuando en los albores de la II Guerra Mundial, el Aeropuerto de Paitilla fue convertido en una base militar de Estados Unidos, cuando el Colegio Isabel Herrera Obaldía era el Liceo de Señoritas y siempre presente el Besódromo.

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• Raíces del barrio de San Francisco de la Caleta (laestrella.com.pa)
• A Inicios… – Parroquia San Francisco de Asís de La Caleta | Facebook
• Historia de Panamá – Lonely Planet