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Publicado en: julio 9, 2024

Pepe, una víctima del tráfico ilegal y su rehabilitación en el Parque Summit

Pepe, un mono cariblanco que viven el Parque Municipal Summit, es una de las tantas víctimas del tráfico ilegal de animales, delito que deja terribles huellas en la biodiversidad, ocasiona traumas graves y contribuye a su extinción.

En el 2010 llegó al parque Summit en una situación precaria: bajo de peso y con una severa pérdida de su pelaje. Esa era el resultado de haberle arrancado de su entorno natural y sometido a condiciones infames.

Los veterinarios del parque iniciaron un largo proceso de recuperación. La meta fue convertir a Pepe en un embajador de su especie, llevando un mensaje en contra del tráfico ilegal de animales silvestres.

Diorene Smith, veterinaria del Parque Summit, describe la crueldad que sufren las animales víctimas del tráfico ilegal: “Tenemos que saber que para que un primate bebé sea arrebatado de su madre, en muchas ocasiones hay que matarla para quitarle la cría, porque ellas están aferradas a sus hijos”.

La historia de Pepe

El pequeño monito, pasó sus primeros años con una pareja de humanos, sin hijos. Pero, cuando estos lograron concebir, temieron que Pepe pudiera causar daño al bebé. Ante esta realidad, lo enviaron con otro cuidador que no le brindó la atención adecuada.

Este cambio, dice Smith, “le generó mucho estrés”. Los síntomas fueron la pérdida de pelaje generalizada. “Además que estaba bajo de peso”.

Cuando Pepe llegó a Summit ya era un macho adulto, lo que hacía difícil su socialización con otros primates. “La rehabilitación fue larga, nuestros monos cariblancos, mantienen jerarquías y el macho alfa del grupo no lo iba a aceptar”, explicó Smith.

Esto mantuvo a Pepe apartado de su especie durante un tiempo considerable, hasta que se decidió que podía estar en el área de exhibición. Eventualmente, el parque recibió otros monos cariblancos (cebus capucinus), que también habían vivido como mascotas. 

Smith explica que las personas abandonan estos animales al momento que llegan a la adultez, “sus hormonas tienden a generar comportamientos agresivos y posesivos, no entendemos que es su naturaleza y es ahí que se dan cuenta que ya no los pueden tener”, detalló la veterinaria.

El Parque Summit tiene la misión de recibir y rehabilitar a estos animales, en muchas ocasiones formando nuevos grupos. Pepe tuvo que pasar por un proceso de castración para reducir sus niveles hormonales y que el macho alfa lo aceptara. “No puede estar con el grupo grande de monos cariblancas porque no lo van a aceptar y hasta podrían matarlo”, afirmó.

¿Qué dice la ley?

La veterinaria señaló que una de las funciones del parque es educar al público sobre el respeto a la Ley N°41 de 1 de julio de 1998 del Ministerio de Ambiente de Panamá, que “prohíbe la posesión, comercio y tráfico de especies de fauna silvestre en el territorio nacional”.

Esta ley, junto con la Ley 24 de 7 de junio de 1995, impone sanciones severas a quienes participan en estas actividades ilegales​.

“Queremos que estos animales vivan en su entorno natural y que sean parte del proceso de conservación que necesitamos como país para mantener la riqueza de nuestras especies”, sentenció Smith.

Indicó que el Parque Municipal Summit recibe animales en calidad de rescate para un proceso de rehabilitación y, en caso de no poder ser devueltos a su hábitat, se convierten en embajadores de sus especies como parte del parque.

El Parque Summit no es un zoológico, es un refugio donde conviven las especies que ya no podrían sobrevivir por sí mismos en la naturaleza, dice Smith.  Que la historia de animales sensibles como Pepe sirvan para concientizar a los visitantes sobre los peligros de la tenencia ilegal y tráfico de animales.