Xiomara del Carmen Tuñón recorre los pasillos del mercado San Felipe Neri y entre puesto y puesto vuelven a su mente los recuerdos de sus comienzos como funcionaria municipal cuando el vetusto mercado estaba ubicado en el Terraplén.
Corría el mes de abril de 1979 y Tuñón, que por entonces tenía 23 años y dos hijos, confirmaba su nombramiento. La Dirección de Mercados de la Alcaldía de Panamá tenía su base en lo que hoy es la sede del Cuerpo de Bomberos de Panamá, en la Avenida Cuba, según dijo.
“Cuando llegué al mercado, trabajaba en una ventanilla, yo hacía los recibos de los arrendatarios; luego los pasaba a la cajera en tesorería y ella cobraba”, recordó Tuñón sobre el primer cargo que desempeñó en el Terraplén hace 45 años.
Con el tiempo la que por entonces era jefa de contabilidad le pidió que fuera su asistente. “Ella necesitaba que yo hiciera las resoluciones. Mi reacción fue declinar porque yo acababa de llegar y había compañeras con más tiempo, pero ella insistió”, dijo.
En el transcurso de estos 45 años, Tuñón es fiel testigo de la evolución del Mercado San Felipe Neri de aquel que “estaba en malas condiciones” en el que había un “olor a cebo y sangre”.
No obstante, el actual San Felipe Neri se erige como un mercado moderno, con un buen clima, con una cadena de frío que permite garantizar que los productos no se echen a perder.
Es un mercado limpio, agradable y ordenado, con amplia variedad de productos, pero lo que no pierde es ese bullicio característico de los mercados, ese diálogo constante y jovial entre vendedor – cliente, muchas veces turistas extranjeros, visitantes impensables en los tiempos del Terraplén.
Tuñón asegura que ella disfruta caminar por el mercado, considera que los arrendatarios tienen buen concepto de ella, ya que en la medida de sus posibilidades les brinda orientación.
“En los mercados se viven ambientes de unidad, aunque a veces hay diferencias, pero en lo general se sobrellevan las cosas”, indica.
Además del San Felipe Neri, Tuñón trabajó en el Mercado del Marisco, después en el de Buhonería y Artesanía de la 5 de mayo hasta que regresó a su casa de siempre para ocupar el cargo en la recepción en las oficinas de la Dirección de Mercados.
“En algún momento me tendré que retirar, pero por ahora tengo las energías porque me gusta mi trabajo”, sentenció.
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